En esta sesión se hace un recuento de los principales hallazgos de la llamada “revolución cognitiva”, la cual tuvo origen en los Estados Unidos a mediados de la década de los sesenta y que congregó a científicos, sobre todo sicólogos evolutivos, biólogos, expertos en ciencia computacional, neurocientíficos y filósofos, interesados en el estudio del comportamiento humano. Este movimiento ha puesto en evidencia la importancia de las emociones, de la imaginación y del autoengaño, así como la importancia del cultivo de la racionalidad como herramienta para lidiar con los sesgos cognitivos ocasionados por el torrente emocional que despliega el cerebro.

Más concretamente, para evitar que los efectos dañinos de las emociones tristes existen dos mecanismos: la cultura y las instituciones. Por medio de la cultura aprendemos, desde niños, a controlar nuestros impulsos más dañinos. Las instituciones, por su parte, con sus reglas jurídicas, nos protegen del desbordamiento de las pasiones políticas.

Toda sociedad necesita pasión para seguir adelante, para avanzar en proyectos colectivos y para brindar progreso y seguridad a sus habitantes. Necesita incluso de indignación, de rabia tal vez, para no dejar impune la injusticia. Pero una sociedad también necesita reglas para evitar que esa pasión se encabrite, pierda su curso, se dirija contra la propia sociedad o una parte de ella y termine siendo más perjudicial que beneficiosa.

Esta parte del taller estará destinada a estudiar el impacto que han tenido las emociones tristes en la historia de América Latina. La hipótesis que aquí se desarrolla es la siguiente:

En América Latina, el balance entre pasiones y reglas, sobre todo en el ámbito de la cultura política, ha funcionado mal, o por lo menos ha funcionado menos bien de lo esperado hace dos siglos, cuando España perdió su dominio sobre casi todo el continente.

Se explorarán con cierto detalle el impacto que en América Latina han tenido emociones tales como el miedo, la venganza, la envidia, la desconfianza, el resentimiento y el delirio político.

Esta última parte del taller estará dedicada a la situación actual, no solo en América Latina, sino en el mundo, donde cada vez más parece haber un predominio de lo emocional sobre lo racional, sobre todo en el ámbito político. Se dará una atención particular a lo que está ocurriendo hoy en las redes sociales y en general en la comunicación social y política y sus impactos.

En las últimas décadas, el péndulo parece haberse desplazado hacia el extremo emocional, en detrimento de las instituciones y las reglas. Este fenóeno se manifiesta en el populismo. El ascenso al poder de Trump en Estados Unidos, de Chávez en Venezuela y de Bolsonaro en Brasil son solo algunos de los casos en los que el populismo, alentado por las pasiones políticas, captura o absorbe las instituciones. La importancia de las redes sociales en este desplazamiento del péndulo es notable.

Finalmente, sacaremos algunas conclusiones sobre la importancia de la moral pública, de la humildad cognitiva, de la tolerancia y de la convivencia pluralista, por encima de razas, fronteras y culturas, como quizás la única salida que tenemos para enfrentar los graves problemas que amenazan al mundo actual.